Escrito II
EL CONOCIMIENTO
17 - Yo Soy Uno
En el silencio de nuestras mentes, en la calma de nuestros cuerpos, supimos y conocimos. Escuchamos la Voz del Sin Nombre:
—Dejad que vuestros corazones se abran como una flor y así, a través de ésta, descubridme, sentidme, amadme.
—Yo Soy y me reconozco en mi Creación.
—Yo Soy el Ser manifestado en cada instante.
—Una sola Conciencia emana de mi Ser profundo.
—Yo Soy Uno con “Mi” personalidad en Cuerpo y Alma encumbrados.
—Ya no hay dualidad sino Unidad…
—Mi Espíritu, mi Alma, mi Cuerpo, son Uno y Yo Soy Uno con Ellos y en Ellos.
—Ellos ya no son Ellos sino Yo.
—La Trinidad es Una y Yo Soy Uno con Ella y en Ella…—Mi Vida es Una y múltiples mis manifestaciones y aun así sigo siendo Uno.
—He transmutado la palabra “Tú” y la convierto en “Nosotros”.
—Y Nosotros y Yo somos Uno, no hay dualidad.
—Yo Soy el único Yo Soy.
Continuamos en silencio, de pronto, me sentí fuera y dentro de mí a la vez y una espesa bruma me envolvió. Mi conciencia se expandió. Contemplé un rostro joven y otro longevo, más el que nunca se muestra. La Voz prosiguió:
—Cuando me sentís alejado e inalcanzable es sólo el juego de vuestras mentes por seguir siendo quienes tomen las decisiones, cuando en realidad vuestras mentes solamente son una herramienta mía para reconocerme en mis emanaciones.
—Creé la palabra “tú” y “él” para tomar cierta distancia de Mí mismo y en la lejanía poder reconocerme en mi Creación. Y en un rincón del cosmos, hoy, ahora, en este pequeño mundo… Yo Soy...
—…He unificado el Cielo y la Tierra en Mí.
—Mi Hija y mi Hijo no son sólo mi Hija y mi Hijo, Soy Yo.
—Extendí mis brazos en Ellos, mi Hija y mi Hijo primigenios, y hoy en Ellos me manifiesto como en La Realidad Yo Soy: un solo Ser.
—No es a Ella y Él a quien veis. Yo Soy a quien veis en Ellos, pues Ellos y Yo somos Uno. Si Le contempláis, ya sea en unidad o dualidad, os reconocéis a Vosotros mismos y Me descubrís.
—Así, en el pasado con sus ejemplos os señalé el Camino, tanto en la Renunciación del mundo ilusorio como a través del sacrificio del ego en la Crucifixión; también os mostré la Esperanza en la Iluminación, en la Resurrección y en la Ascensión.
—Hoy, en una vuelta más de la espiral de la Vida, viviréis la Unificación del Ser de la Luz Dorada. La gran Profecía no revelada aún se hará una realidad en este mundo y se convertirá en un ideal a alcanzar por la Humanidad, que todos lograréis pues en la Realidad ya Es…
—…Aquietad vuestros intelectos, vaciad vuestras mentes, llenad vuestros corazones; sólo así os reconocéis, sólo así me conocéis.
—Mi Voluntad… vuestros Deseos. Vuestras Esperanzas… mi Voluntad.
—Unifico cada día un poco más en todos Mi Camino de regreso al Hogar.
—Recordad, sólo el Amor es la llave que abre la puerta a la Vida…
—Y, conoced que no sois distintos a Mí.
—Y viviréis cada instante con más intensidad y diréis: Yo Soy.
—Y sentiréis que Yo Soy quien en La Realidad siempre Es.
—Tú y Yo Somos Uno.
—Vosotros y Yo somos Uno.
—Uno…
—…Decid con el Cuerpo, con el Alma, con el Espíritu…“Yo Soy”, porque en verdad así Es...
—El Maestro que habéis buscado siempre ha estado con y en vosotros y es quien os ha ido señalando el Camino hacia Vosotros mismos, hacia Mí.
—Vuestro verdadero Maestro es vuestro propio Espíritu: El Cristo que sois, el verdadero “Yo Soy”.
—Siempre estuve dentro de cada uno de vosotros; siempre estáis dentro de Mí.
—Porque, no lo olvidéis: Tú no eres Tú; Vosotros no sois Vosotros: Soy Yo.
—El Amor es quien nos une. Éste es todo el Conocimiento que precisáis, que existe en la Realidad...
—Yo Soy… Uno, en el Cielo y en la Tierra. La Voz cesó y… ya no somos más dos, sino UNO en “Dos”.
EL CONOCIMIENTO
17 - Yo Soy Uno
En el silencio de nuestras mentes, en la calma de nuestros cuerpos, supimos y conocimos. Escuchamos la Voz del Sin Nombre:
—Dejad que vuestros corazones se abran como una flor y así, a través de ésta, descubridme, sentidme, amadme.
—Yo Soy y me reconozco en mi Creación.
—Yo Soy el Ser manifestado en cada instante.
—Una sola Conciencia emana de mi Ser profundo.
—Yo Soy Uno con “Mi” personalidad en Cuerpo y Alma encumbrados.
—Ya no hay dualidad sino Unidad…
—Mi Espíritu, mi Alma, mi Cuerpo, son Uno y Yo Soy Uno con Ellos y en Ellos.
—Ellos ya no son Ellos sino Yo.
—La Trinidad es Una y Yo Soy Uno con Ella y en Ella…—Mi Vida es Una y múltiples mis manifestaciones y aun así sigo siendo Uno.
—He transmutado la palabra “Tú” y la convierto en “Nosotros”.
—Y Nosotros y Yo somos Uno, no hay dualidad.
—Yo Soy el único Yo Soy.
Continuamos en silencio, de pronto, me sentí fuera y dentro de mí a la vez y una espesa bruma me envolvió. Mi conciencia se expandió. Contemplé un rostro joven y otro longevo, más el que nunca se muestra. La Voz prosiguió:
—Cuando me sentís alejado e inalcanzable es sólo el juego de vuestras mentes por seguir siendo quienes tomen las decisiones, cuando en realidad vuestras mentes solamente son una herramienta mía para reconocerme en mis emanaciones.
—Creé la palabra “tú” y “él” para tomar cierta distancia de Mí mismo y en la lejanía poder reconocerme en mi Creación. Y en un rincón del cosmos, hoy, ahora, en este pequeño mundo… Yo Soy...
—…He unificado el Cielo y la Tierra en Mí.
—Mi Hija y mi Hijo no son sólo mi Hija y mi Hijo, Soy Yo.
—Extendí mis brazos en Ellos, mi Hija y mi Hijo primigenios, y hoy en Ellos me manifiesto como en La Realidad Yo Soy: un solo Ser.
—No es a Ella y Él a quien veis. Yo Soy a quien veis en Ellos, pues Ellos y Yo somos Uno. Si Le contempláis, ya sea en unidad o dualidad, os reconocéis a Vosotros mismos y Me descubrís.
—Así, en el pasado con sus ejemplos os señalé el Camino, tanto en la Renunciación del mundo ilusorio como a través del sacrificio del ego en la Crucifixión; también os mostré la Esperanza en la Iluminación, en la Resurrección y en la Ascensión.
—Hoy, en una vuelta más de la espiral de la Vida, viviréis la Unificación del Ser de la Luz Dorada. La gran Profecía no revelada aún se hará una realidad en este mundo y se convertirá en un ideal a alcanzar por la Humanidad, que todos lograréis pues en la Realidad ya Es…
—…Aquietad vuestros intelectos, vaciad vuestras mentes, llenad vuestros corazones; sólo así os reconocéis, sólo así me conocéis.
—Mi Voluntad… vuestros Deseos. Vuestras Esperanzas… mi Voluntad.
—Unifico cada día un poco más en todos Mi Camino de regreso al Hogar.
—Recordad, sólo el Amor es la llave que abre la puerta a la Vida…
—Y, conoced que no sois distintos a Mí.
—Y viviréis cada instante con más intensidad y diréis: Yo Soy.
—Y sentiréis que Yo Soy quien en La Realidad siempre Es.
—Tú y Yo Somos Uno.
—Vosotros y Yo somos Uno.
—Uno…
—…Decid con el Cuerpo, con el Alma, con el Espíritu…“Yo Soy”, porque en verdad así Es...
—El Maestro que habéis buscado siempre ha estado con y en vosotros y es quien os ha ido señalando el Camino hacia Vosotros mismos, hacia Mí.
—Vuestro verdadero Maestro es vuestro propio Espíritu: El Cristo que sois, el verdadero “Yo Soy”.
—Siempre estuve dentro de cada uno de vosotros; siempre estáis dentro de Mí.
—Porque, no lo olvidéis: Tú no eres Tú; Vosotros no sois Vosotros: Soy Yo.
—El Amor es quien nos une. Éste es todo el Conocimiento que precisáis, que existe en la Realidad...
—Yo Soy… Uno, en el Cielo y en la Tierra. La Voz cesó y… ya no somos más dos, sino UNO en “Dos”.
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